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Según la teoría de la secularización, la modernidad conlleva necesariamente el declive de la religión. Sin embargo, y para sorpresa de muchos sociólogos de la religión, los datos empíricos han puesto en crisis este indiscutido paradigma cultural.
Con algunas excepciones concretamente Europa y una gran parte de los intelectuales y de las élites dirigentes, el mundo actual es todo menos secular; incluso podría afirmarse que es tan religioso como siempre, si no más en algunos lugares. Esta constatación se ha convertido en un verdadero reto para la sociología que, en cuanto ciencia, está llamada a proponer un nuevo paradigma que sea capaz de comprender en su justo sentido el fenómeno del pluralismo.
Por una parte, el nuevo paradigma deberá tener en cuenta y explicar la coexistencia de diferentes religiones y, por otra, la coexistencia del discurso secular y el religioso; de hecho, ambos pluralismos están presentes tanto en la mente del individuo como en el espacio social. Sólo desde esta base podrán superarse determinados prejuicios culturales y comprender mejor la modernidad y la religión.
Complementan la obra tres valiosos estudios sobre la religión a cargo de los profesores Nancy Ammerman, Detlef Pollack y Fenggang Yang.
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