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Stanley Greenspan nos ofrece en este libro una visión profundamente novedosa de los orígenes de nuestras capacidades mentales superiores. A diferencia de las nociones clásicas, postula que la inteligencia no procede de la estimulación cognitiva sino que --junto a la moralidad, la empatía y la autorreflexión-- tiene unos orígenes comunes en experiencias emocionales muy específicas de la más temprana edad. La obra traza, así, un fascinante vínculo, desconocido hasta ahora, que enlaza los últimos descubrimientos neurológicos con aquellas características que nos definen plenamente como seres humanos.


Pero también hay que tener en cuenta que las nuevas formas de crianza de los niños, el carácter impersonal de los estilos comunicacionales, los programas educativos y los patrones familiares de todos los estratos socioeconómicos están erosionando estas experiencias tempranas, tan fundamentales. Como consecuencia, el doctor Greenspan nos enfrenta con la paradoja de una sociedad que socava, sin saberlo, su don más preciado: la mente humana. Y, lo que es más importante, ofrece soluciones específicas en cada uno de los ámbitos, desde las relaciones familiares, el aprendizaje y la salud mental hasta los métodos elegidos para reducir la violencia, resolver los conflictos, gobernar y construir mecanismos de colaboración internacional. En cualquier caso, ningún libro ha conseguido mostrar, en el mismo grado que éste, la estrecha interacción entre el desarrollo del niño y los riesgos de nuestra evolución como sociedad.