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La vida de Frederick Beaconsfield Pentland es apasionante. Desde comienzos del siglo XX hasta mediada la década de los años 30, su existencia giró en torno al fútbol, primero como jugador profesional en equipos como el Blackburn Rovers, el Queens Park Rangers o el Middlesbrough, e internacional con Inglaterra; después como organizador de una Liga en las penosas condiciones del campo de concentración de Ruhleben en las afueras de Berlín, durante la I Guerra Mundial en la que consiguió la participación de más de 400 prisioneros como él. Más tarde, como entrenador, primero en Francia, donde dirigió al equipo nacional en los Juegos Olímpicos de Amberes, y después en España. Entrenó al Racing, al Athletic bilbaíno y al madrileño, fue el primer entrenador en la historia del Oviedo, tuteló después al Arenas de Getxo y tras regresar a Madrid para entrenar al Athletic, al que volvería más tarde, cogió las riendas del Athletic Club de Bilbao, con el que consiguió los mayores éxitos de un entrenador en la centenaria historia del club rojiblanco: dos Ligas y cinco Copas, cuatro de ellas consecutivas, además de dos dobl
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