En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Todo el París del siglo xix hablaba de Madame Lenormand, aquella extravagante sibila aristócrata y sus infalibles predicciones. Su personalidad irresistiblemente magnética y una biografía llena de lagunas y contradicciones, fueron los ingredientes necesarios para el nacimiento de una leyenda que, aún hoy, sigue fascinando a cuantos se acercan al personaje. El oráculo que lleva su nombre no se queda atrás en cuanto a misterio y especulaciones. Su origen real no está claro, aunque todo apunta a que la primera versión fue una creación personal de la enigmática dama. Venga de donde venga y sean cuales sean las razones que llevaron a su publicación, El oráculo Lenormand es un tarot único e inquietante además de asombrosamente certero. El diseño de las 36 cartas que lo componen es muy sencillo, pero encierran algo indefinible... algo turbador que flota sobre la aparente cotidianeidad de las escenas que las ilustran. Así pues, estás ante un oráculo poderoso y singular. Las interpretaciones que encontrarás en este libro son una mera orientación. Permite que cada carta sea una ventana entreabierta a tu intuición.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.