En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Narrado en primera persona, este es el emocionante testimonio vital de Raquel Alonso, una mujer que hace 20 años creyó conocer al hombre de su vida, sin saber que el destino le deparaba un auténtico calvario. Tras un feliz noviazgo, Raquel y Nabil, un marroquí de buena familia, se casaron y empezaron lo que parecía una estable y envidiable vida en común: excelentes carreras profesionales para ambos, una red familiar sólida y cariñosa por las dos partes, y enseguida dos hijos. Todo parecía discurrir sin sobresaltos hasta que Nabil empezó a frecuentar la mezquita de Madrid, donde pronto fue captado por una célula yihadista. En muy poco tiempo, el marido atento y moderno, el padre cariñoso y responsable y el profesional valorado en su empresa se convirtió en el juez y verdugo de su propia familia, a quien obligó a seguirle en su fanatismo. Raquel, aislada, maltratada psicológicamente y profundamente atemorizada, vivió como pudo en ese infierno doméstico, decidida a proteger a sus hijos. Su pesadilla acabó una madrugada de junio de 2014, cuando irrumpió en su casa la Policía Nacional para detener a Nabil, acusado de terrorismo.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.