En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
El miedo es un termómetro esencial que compartimos las personas de todas las culturas, géneros y edades del mundo, una especie de radar que avisa a nuestro cuerpo cuando debe prepararse, y que ha hecho que nos mordiéramos la lengua en más de una ocasión para mantenernos a salvo. Pero cuando no sabemos qué hacer y está a punto de vencernos, es también un amplificador que va en nuestra contra y hace que no nos enfrentemos, precisamente, a lo que nos paraliza. ¿Le tenemos miedo a lo que realmente tendríamos que temer? Y, en cambio, ¿le tenemos miedo a cosas que no nos tendrían que atemorizar? Reconocer los miedos (sociales e íntimos) nos demuestra que somos capaces, si nos lo proponemos, de rebelarnos. Fallar es imposible. Después del éxito contundente de la novela La rabia, en la que aborda la problemática del bullying, la escritora y activista por la paz Lolita Bosch (Barcelona, 1970) nos presenta un alegato contundente para entender que debemos liberarnos de todas las formas que adopta una de las emociones que más nos paralizan: el miedo. Urgente y liberador, Que no nos gane el miedo nos incita a rebelarnos íntimamente, socialmente y globalmente contra este fermento de tantas injusticias y al servicio siempre del poder y el mercado.
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