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Siendo tan sólo un niño las montañas del Aramo (Asturias) se convierten en su segunda casa. Con catorce años, y sin decir nada en casa, sube el mítico Naranjo de Bulnes en medio de una tormenta con su amigo Eduardo, solo por satisfacción personal.
Años más tarde, su sentido de superación lo lleva a lanzarse a la conquista de las grandes cumbres del Himalaya. Y aunque consigue los catorce ochomiles, él prefiere permanecer al margen de los focos mediáticos. La gesta se la dedica a su “amigo y hermano” Iñaki Ochoa de Olza y a su mujer, Joëlle Brubpacher, ambos fallecidos en la montaña.
Jorge, además de ser un buen alpinista, es médico. Quienes lo conocen destacan sus valores humanos y su generosidad. Eso lo ha llevado a participar en numerosos rescates en la denominada “zona de la muerte”. A estas alturas de su vida, reconoce que el médico ha superado al montañero y varias veces al año viaja para colaborar con la ONG SOS Himalaya. Allí, entre los niños nepalíes, se dibuja la más amplia de sus sonrisas.
En este libro, Jorge Egocheaga desnuda su alma y comparte su experiencia en cada uno de los catorce ochomiles. Un relato íntimo, directo, que por momentos permite sentir el frío, el cansancio, las alegrías, el dolor, la soledad y también la desesperación vivida tras la pérdida de seres queridos. En él transforma sus sentimientos en palabras y las comparte por una buena causa, ya que los derechos de autor y los ingresos por la venta del libro irán destinados a la creación de becas para la educación de niños del valle del Makalu, el lugar donde descansa su mujer, Joëlle. Las becas llevarán su nombre. «Si conseguimos que uno de esos niños pueda continuar sus estudios en Katmandhú habremos logrado cambiar una vida para siempre».