En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Los jazmines siempre me devuelven a un tiempo antiguo. Con una nostalgia de bolero en la vieja radio de casa de los padres, Antonio Burgos hace en este libro un censo personal de pequeños placeres en absoluto prohibidos y un catálogo de añoranzas que demuestran que la calidad de vida nunca es comparable a la cantidad de vida que puede haber en los objetos cotidianos, muchos de ellos en inevitable viaje al baúl de los recuerdos.
Una talega para la ropa, una alcuza de aceite para la tostada, la piel de una maleta familiar, la letra inglesa de un parte de bodas o la plata y la porcelana de un servicio de té sirven al autor para la recreación literaria de mundos perdidos.
Mundos perdidos que pueden permanecer en la flor de un magnolio o en el olor de un naranjo en primavera, quizá como resistencia de la hermosura contra esta sociedad globalizada en la que es políticamente incorrecto que te pongas para cenar jazmines en el ojal.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.