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Espero no decepcionar a nadie, pero estas páginas no tienen un gran porcentaje de Arkano sino que componen algo más complejo, hermoso, aterrador y delirante: Guillermo. No quiero decir que Guillermo y Arkano sean cosas diferentes, más bien son dos caras de una misma moneda. Para el gran público ha sido sencillo conocer la cara más mediática, energética, valiente, innovadora y desafiante de este individuo. Este libro es todo un regalo para aquellos que saben que tras todos los focos mediáticos existe un ser humano que da sentido y hace las veces de soporte a todo este espectáculo. Olvidado y relegado al anonimato se esconde un ser construido de emociones, sensibilidad, inseguridad y fragilidad rodeado de un marco de estricta racionalidad.
Mucho se puede aprender de qué siente Arkano en este libro, pero aquellos que sepan ver con el resto de sentidos descubrirán la belleza de la estructura tras el escenario.
La subjetividad delimitada por mi experiencia me conduce a describir a Guillermo de la misma manera cada vez que hablo de él: «es la persona más sensata que conozco». Suena muy diferente a lo que creían saber sobre él, ¿verdad?
Para mí este libro es un lienzo en blanco delante de un joven adulto al que se le pide que no se esconda más. He visto claramente en estos versos como el alma se despoja de sus máscaras y ataduras y pasea por las luces y las sombras de su vida haciéndolas visibles a la percepción del lector, que se deja envolver de sus juegos de palabras y dobles sentidos, de la expresión etérea y de los significados ocultos.
A continuación van a experimentar la sensible alegría de los momentos mágicos, la tímida duda que nace al contemplar el amor, el miedo que paraliza ante la posibilidad de fracasar, la vergüenza de los vicios y el irreversible trauma de los golpes de la infancia. Todo ello les hará disfrutar catando como una copa de un buen vino la fragilidad de aquello que parece enorme y seguro. Este libro deleita la imaginación de un espectador que se sumerge cual detective en sus páginas en busca de las pruebas que descubren al verdadero autor de la obra que conocemos como Arkano.


Juan Carlos Esteve.