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Aunque tradicionalmente las mujeres han sido consideradas las mantenedoras de la llama de la religión en el cuerpo social, al revisitar la historia observamos que siempre existieron osadas disidentes de esa devoción. El ateísmo femenino aparece ya en Atenas, se intensifica en el Renacimiento bajo el influjo del escéptico Montaigne, se extiende a los salones parisinos del siglo XVIII y estalla con la Revolución francesa. En los dos últimos siglos, al mismo tiempo que luchaban por la conquista de los derechos civiles, las mujeres han ido incrementando las huestes de los incrédulos y han ejercido un papel fundamental en el surgimiento de nuevas espiritualidades. De Aspasia e Hipatia a Simone de Beauvoir y Ayn Rand, pasando por Ninon de Lenclos, Julie de Lespinasse, Mary Shelley, George Sand, George Eliot, Margaret Fuller, Emily Dickinson, Madame Blavatsky o Emma Goldman, incontables pensadoras han transformado para siempre nuestra realidad social desde el activismo y el feminismo. A través de su vida y de su pensamiento recorremos la historia del laicismo en Occidente, la releemos y corregimos sustancialmente su relato hegemónico.
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