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Lo que el lector -o simplemente lector curioso de lo ancestral- ha de querer encontrar en este pequeño libro de narrativa, no es un compendio de erudición -más o menos académica-; sí, sin embargo, puede degustar lo acaecido, las vivencias, así como las convicciones -empíricamente relatadas por el autor-, sobre esta comarca, durante los anteriores ochenta y cinco años.
Qué duda cabe; que los cuarenta últimos años, con sus ?altos y bajos? nos han involucrando en una filosofía de la vida más llana y normal. No era así en los años de los primeros relatos, en que,
después de una malhadada Guerra Civil, con la devastación que ello supuso, hubieron de superarse, no solo la reconstrucción
material, sino también el deterioro de la convivencia.
Después, hemos encontrado nuestro caminar en paz, con una
bonanza general que, asimilando las reminiscencias de la lectura de estos recuerdos, a la par de disfrutar de la afable amenidad puntual, el conjunto de ellas nos sirva de recuerdo-guía en el contexto de una convivencia equitativa y duradera.
Si algo se encuentra erróneo, o falto de redacción, ha de achacarse a que el autor no es, ni erudito, ni experto escritor, sino simplemente un ?viejo morador? de estas tierras, que por mor de ciertos avatares de la vida, se involucró en escribirlas.