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Impresionante narración sobre el origen de las divinidades en un Universo que se va formando, evolucionando y organizando. ¡Y son los propios dioses los elementos que lo componen, las fuerzas de la Naturaleza! Son ellos mismos la Tierra, el Cielo, el Mar, el Inframundo, configurando los distintos espacios; la Noche, el Día, que suponen la creación del tiempo, y de éstos, a su vez, nacen tantos otros, generación tras generación. A partir del Caos informe y de una sucesión de seres monstruosos capaces sólo de inspirar horror; a partir de un mundo tenebroso, aparecen poco a poco igualmente los seres que personifican la luz, la belleza y el amor. Infinidad de divinidades diversas son las que van surgiendo, y las historias que protagonizan o en las que se ven implicadas de alguna manera son a cuál más sorprendente. La autora nos traslada a ámbitos inimaginables, a ese mundo primigenio, en el remoto principio de todo. Con el hechizo de sus palabras nos envuelve y arrebata, y nos hace penetrar en el misterio profundo Sobrecogidos y maravillados, compartimos entonces las más apasionantes experiencias con toda clase de personajes: con ellos vibramos y sentimos en nosotros mismos sus emociones intensas; nos estremecemos ante sucesos atroces así como ante conmovedoras historias. Violencia y amor, espanto y ternura, fantasía y realidad. Todo tiene cabida: es el propio Universo desdoblado en miles de criaturas el gran protagonista de este relato sin par.