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La primera edición de este libro data de 1994; el volumen aumentado no cambia el espíritu crítico de la publicación original. Desde su primera reunión de notas, 'Una cierta mirada. Crónica de poesía' (1989), no era complicado darse cuenta de que el trabajo de Eduardo Milán posee 'un sentido'; el poeta uruguayo fue situando poco a poco una región de la poesía, especialmente latinoamericana, donde el grado de radicalidad en el discurso calificaba no sólo por su extrañeza sino también por su capacidad de hacerse presente. Ese sentido de presente poético, que no de actualidad, otorga a este volumen una suerte de levantamiento de tradición; de ahí el registro y el reposicionamiento, desde el ahora, de esa zona donde la poesía escrita en lengua española y portuguesa respira mejor: Darío, Huidobro, Vallejo, Neruda, Girondo, Lezama Lima, Paz, Haroldo de Campos... Partiendo de "la conciencia crítica del lenguaje" de los poetas citados, Milán propone conectar el presente poético de nuestra tradición en la vía de 'Altazor', 'Trilce', 'Residencia en la tierra', 'En la masmédula', 'Muerte de Narciso', 'Blanco' o 'Galaxias'. Esa ruta acentúa una práctica crítica, transgresora, capaz de eludir convenciones, repetición de registros, modelos; en esa dirección renovada el autor de este libro localiza la poesía de Rodolfo Hinostroza, Raúl Zurita, Néstor Perlongher, Antonio Cisneros, José Kozer o David Huerta como ejemplos de escrituras que asumen la herencia de la tradición a partir de un posicionamiento radical e inventivo.