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Un clima semiárido, un suelo potencialmente fértil y el ingenio de sus habitantes muy desarrollado, son elementos que han caracterizado, desde hace mucho tiempo, al territorio y a la sociedad del sur de la Comunidad Valenciana, especialmente a la que pivota alrededor de Elche y su campo.
Se cumplen ahora 100 años (el 5 de junio de 1918) desde que una iniciativa trató de aportar el recurso que faltaba para una combinación exitosa: el agua. Las elevaciones de agua procedentes de la desembocadura del río Segura y sus azarbes fue el objetivo inicial de la Compañía de Riegos de Levante S. A.
La coincidencia en el tiempo con la revolución que significó la introducción de la energía eléctrica en los hogares y en la economía, le dio a la empresa unas características peculiares que no pudieron eludir la formación de los monopolios de las empresas eléctricas en los años 50. La puesta en marcha del trasvase Tajo-Segura y la venta de las instalaciones y derechos sobre el agua de la Compañía a la Comunidad de Regantes de Riegos de Levante en 1976 supuso el fin de esta iniciativa. Con esta publicación se ha tratado de explicar este apasionante proceso, desvelando algunas de las claves de los protagonistas fundamentales de estos cambios.