En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Las Crónicas Vampíricas continúan con el relato del Príncipe Lestat y la fundación de la Comunidad de la Sangre. «La historia que voy a contaros tiene poco o nada que ver con el mundo moderno. Es un cuento tan antiguo como el género mismo, sobre la lucha de los individuos para encontrar y defender su lugar en un universo atemporal, junto a todos los demás hijos de la tierra y del sol y de la luna y de las estrellas.» De la mano de Lestat conoceremos cómo se convirtió en el líder del mundo vampírico y su lucha para encontrar un lugar en el universo de los muertos vivientes y cómo, en contra de su voluntad, debe luchar contra las fuerzas amenazadoras y aparentemente imbatibles de la oscuridad. Desde las torres y las almenas de un castillo ancestral en las montañas nevadas de Francia, hasta los verdes montes de Luisiana con sus fragancias a magnolias y jazmín, pasando por las islas vírgenes del Pacífico y la ciudad de San Petersburgo durante la corte de la emperatriz Catalina, La Comunidad de la Sangre es un apasionante viaje en el que el lector encuentra la esencia más pura del universo de Anne Rice.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.