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En 1748, un terremoto arrasó por completo el castillo-convento de la Orden de Montesa y en consecuencia, desapareció el mayor símbolo de la única orden militar exclusivamente valenciana. Actualmente es una arquitectura en ruina y casi ignorada. A primera vista nadie podría imaginar la riqueza artística que, durante siglos, atesoró la mítica fortaleza de la orden que heredó en el Reino de Valencia las posesiones de templarios y hospitalarios. El estudio de los vestigios materiales y de las fuentes históricas originales ha permitido recrear, con rigor y veracidad, lo que el castillo-convento pudo ser. Con ello, el lector podrá disfrutar con-templando un despliegue inusual de ilustraciones que descubren los aposentos más singulares del complejo monástico-palaciego. La iglesia, el claustro, la sala capitular, se han reconstruido gráficamente dando idea de la grandeza de los espacios que acogían a los montesianos. La pretensión ha sido que, de forma sencilla, nos aproximemos a lo que pudo ser el Sacro Convento de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama. Mirando de frente a sus protagonistas, los
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