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Henry James (Nueva York, 1843-Londres, 1916) llevaba viviendo tres años en Londres cuando, en 1878, le encargaron escribir una bibliografía crítica de Nathaniel Hawthorne (Salem, 1804-Plymouth, 1864). Hawthorne apareció en 1879, y el autor de La letra escarlata fue el único americano que entonces mereció el honor de ser acogido en un colección dedicada a los clásicos anglosajones. La biografía de Nathaniel Hawthorne, contada por un admirador de excepción, Henry James, que no compartía ni los principios ni el modo de vida del maestro, es una apasionante meditación moral y literaria. La historia de Hawthorne, de la Nueva Inglaterra profunda al consulado de Liverpool y el regreso al origen tras vivir fugazmente en Florencia y Roma, donde escribiría su última novela, El fauno de mármol, le sirve al neoyorquino y moderno James para plantearse lo que significaba escribir en América y escribir en Europa. A ojos de James, Europa ofrecía lo que un novelista necesita: un mundo con vida social, instituciones enraizadas y tradiciones poderosas. La paradoja es que, no muchos años después de la muerte de James, la tradición angloamericana dominaba la narrativa europea, gracias, entre otras cosas, a autores fundamentales como Henry James y Nathaniel Hawthorne.
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