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A finales de la Edad de Bronce, los hititas llegaron a ser la potencia militar más poderosa del Antiguo Oriente Próximo a pesar de que su imperio siempre fue vulnerable al ataque de las fuerzas enemigas y su territorio, Anatolia, estaba desprovisto de ríos navegables, acceso al mar y su población no era demasiado grande. ¿Cómo se pudo explicar ese surgimiento y triunfo de este imperio antigua en contra de todas esas adversidades? En su tratamiento ágil y novedoso de una de las civilizaciones más misteriosas de la antigüedad, y cuya historia desapareció de los registros hace más de tres mil años, Trevor Bryce arroja nueva luz sobre los guerreros hititas, así como sobre su cultura social, religiosa y política aportando nuevas hipótesis a muchas de las preguntas que estaban sin resolver. En esta obra se revelan aspectos tan interesantes como que habían sido maestros de la guerra con carros, que Muwatalli II, rey hitita, estuvo a punto de lograr la más desastrosa derrota de Ramsés II en la batalla de Qadesh (1274 a. C.). Muestra que los hititas también habían sido fieles adoradores de un panteón de dioses de l
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