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Destiempo es una novela comunitaria. Más allá de la individualidad, más allá del grupo está el nosotros, que sólo puede emerger de forma genuina cuando los individuos se vuelven seres singulares, cuando se hacen conscientes de los mitos, la ideología, los discursos que han dominado su vida y la de sus antepasados. El narrador pone el foco en la interrelación. Ilumina escenas en las que los personajes se descubren a sí mismos a través de otros. Destiempo ilumina el nosotros como el espacio verdaderamente humano. Una mujer mayor pide a su nieto que vuelva a Galicia desde los Estados Unidos para pasar el verano con ella. Quiere que asista a una especie de lucha social que está realizando con sus amigas. Buscan la acción como lo único que puede dar sentido a sus vidas. Así mezcla, Silvia Bardelás, distintas generaciones con un mismo problema: el peso de un mundo normativizado, lleno de discursos, ajeno a la vitalidad. La posibilidad de volver a sentirse vivos, reales, hace que todo se mueva ya de forma imparable. La historia es un ir y venir de pasado y presente, de ideas y acciones que revelan el callado po
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