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Todo el país vibra de indignación ante esos desalmados que quieren, por el fuego y el terror, sumir a la España democrática y popular en un infierno de terror. Pero no pasarán. Aquel legendario llamamiento por radio del 19 de julio de 1936 convirtió a Dolores Ibárruri, a la sazón diputada del Frente Popular por Asturias, en el símbolo universal de la resistencia republicana frente al fascismo. Nacida en el corazón de la cuenca minera vizcaína y militante del Partido Comunista de España desde su fundación -ahora hace justo un siglo-, es en el crisol y la tragedia de la guerra civil cuando se forja el mito de Pasionaria.Tras la amarga derrota de 1939 conocerá un largo exilio de cuatro décadas, principalmente en la Unión Soviética. Asume la secretaría general del PCE en plena guerra mundial, en la que su hijo Rubén, oficial del Ejército Rojo, muere en la batalla de Stalingrado. Retornada a España en 1977, la imagen de Dolores Ibárruri del brazo de Rafael Alberti, en el Congreso de los Diputados, constituye una de las estampas más icónicas de la Transición. Fallecida en Madrid el 12 de noviembre de 1989 ?apenas
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