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Joe mata árboles. Plantar se paga mejor que matar pero, de momento, es lo que hay. Tiene un perro lleno de cicatrices, una vieja camionetaGMC, una pistola debajo del asiento, un nutrido historial deencontronazos con la ley y una botella de bourbon siempre a mano. Esun hombre íntegro y mira siempre a los ojos. Le gusta vivir su vida asu aire y no admite imposiciones de nadie. Su exmujer y su hijapiensan que debería apostar menos y dejar de fumar, pero a ver quiénle dice nada. Gary Jones cree que ya ha cumplido los quince. No lopuede asegurar porque nació en el camino y, como dice su madre, en las cunetas no se expenden partidas de nacimiento. Desde que tiene uso de razón vagabundea por las carreteras del país con su familia,sorteando las crueldades de un padre alcohólico y abusivo. Nunca haido a la escuela, pero ha recogido tomates en Texas y sandías enGeorgia. Y está dispuesto a trabajar duro.Cuando se cruzan suscaminos, Joe le ofrece una vía de escape. Mano a mano, entre cervezasy confesiones, emprenden un tortuoso itinerario por los bosques y lascarreteras comarcales del condado de Lafayette, Mississippi,
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