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Yo me muero como viví es una muestra heterogénea y enriquecedora de lo que se está haciendo a partir del lenguaje común que nos une a ese orbe sin límites claros que llamamos Hispanoamérica. No es una antología donde solo exista el castellano —aunque es quizás el eje lingüístico—, ya que hay versos, poemas, que reúnen muchos más idiomas. Pero sí que aglutina geográficamente una pulsión plural con voces actuales que serán para muchos lectores de España novedades en la manera de pensar y sentir el mundo.
Esta antología reúne escrituras diversas que se desarrollan actualmente en Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, Honduras, Cuba, España, México, Perú y un apartado, a modo de país, que representa el Exilio como parte inherente e imprescindible en toda comunión de desdichadas fronteras que son incapaces de cerrar la voz necesaria del poeta.



Participan en esta antología: Carlos Aldazábal y Carolina Zamudio (Argentina), Benjamín Chávez (Bolivia), Amanda Durán y Benjamín León (Chile), Lucía Estrada y Lauren Mendinueta (Colombia), Eudris Planche Savón (Cuba), Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador), Estefanía Cabello, Marçal Fons, Mario Obrero (España), Xhevdet Bajraj y Mohsen Emadi (Exilio), Dennis Ávila Vargas, Carlos Ordóñez (Honduras), Paula Abramo, Balam Rodrigo (México) y Harold Alva (Perú).