En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Tanto me angustiaba aceptar como no aceptar, porquela angustia no la causa lo que uno elige, como bien decíaKierkegaard, sino ser consciente de que uno tiene la libertadde decidir, de que uno está condenado a elegir, pensé paraconsolarme, aunque Kierkegaard dijo eso con unas buenasmedias de lana.La recomendación por parte de su terapeuta de un paseopor las playas de los Hamptons le ha llevado a coincidircon Merton, un exitoso productor de televisión al que conocedesde hace tiempo. Este encuentro se ha convertido enuna oportunidad para revitalizar su carrera como guionista,pero lo único que parece obsesionarle es un agujeroen su calcetín derecho.Con un humor mordaz y una divertida prosa narrada en primerapersona, ?Aquella playa de los Hamptons? es una novela breveque remite a la intriga, la elegancia y el ingenio de autorescomo John Updike, Anne Tyler o Eduardo Mendoza.
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