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Desde el año 2013 se ha abierto en nuestro país un nuevo ciclo inmobiliario. La Gran Recesión iniciada en 2008 llevó al desahucio de cientos de miles de personas, que fueron posteriormente empujadas a un mercado de alquiler con precios cada vez más inflados. Nos hemos convertido así en testigos de la emergencia de una nueva figura social de la crisis, la de los inquilinos precarios, y asociado a esta, de un nuevo problema: la generalización de los desahucios, ahora por impago del alquiler. Más allá del debate público acerca de la nueva ley de arrendamientos urbanos y de la aparición de nuevos actores como los fondos buitre o las SOCIMI, este libro pretende dibujar una completa cartografía del sistema de la propiedad inmobiliaria en España. En este mapa aparecen los fondos de inversión, la banca, las SOCIMI o la SAREB (el llamado banco malo). También se analiza la persistencia de los desahucios, la eterna carencia de vivienda pública y las nuevas estrategias inmobiliarias de las patronales del sector. Sin embargo, el análisis quedaría del todo incompleto caso de no ubicar en su centro a un actor pocas veces
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