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Al proyectar un libro sobre mujeres del A.T., el primer problema es el orden. La opción más fácil y más clara ?como menciona el propio autor? es la alfabética, empezar por Abigail y terminar por Yael y Zilpa. Pero esto, prima la utilidad puntual de la obra como diccionario, en detrimento de su valor integral como elemento transmisor de un mensaje de conjunto. Tampoco el orden cronológico planteado en el propio texto bíblico resulta satisfactorio, si asumimos, como es el caso, que no coincide con el de redacción del mismo. Por ello, el autor ha optado centrarse más bien en el sentido y función de la mujer (Eva) en las Escrituras judías. No se trata, pues, de un libro de carácter biográfico. No cuenta con detalle la historia de cada una de las mujeres del A.T. buscando extraer de las mismas lecciones morales o espirituales primarias. Plantea y analiza, más bien, su imagen y personalidad, la conducta y proceder de cada una a la luz del pensamiento de los escritores sagrados y la teología rabínica, tratando de desentrañar el por qué se las presenta de ese modo, el motivo de los detalles particulares que de cada
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