En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Compartir casa con un compañero de piso tremendamente atractivo debería ser un sueño hecho realidad, ¿verdad Sin embargo, no es así cuando el chico en cuestión es Justin, la única persona a la que he amado... y que ahora me odia. Cuando mi abuela murió y me dejó la mitad de la casa de Aquidneck Island, había una trampa: la otra mitad iría al niño al que ayudó a criar. El mismo niño que se convirtió en el adolescente a quien rompí el corazón hace años. El mismo adolescente que ahora es un hombre con un cuerpo de escándalo y una personalidad igual de fuerte que sus músculos. No le había visto en años, y ahora estamos viviendo bajo el mismo techo porque ninguno está dispuesto a renunciar a la casa. ¿La peor parte No ha venido solo. Pronto comprendí que existe una línea muy fina entre el amor y el odio. Podía ver a través de esa sonrisa engreída. Debajo de esa apariencia... el niño seguía allí. Y también nuestra conexión. El problema es que ahora que no puedo tener a Justin, lo quiero más que nunca.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.