En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Bendito Harry es un libro optimista: el infierno sí puede curarse. Bendito Harry es un libro muy optimista: sólo tenemos que morirnos nueve minutos para que nuestra vida terrenal se truque en un infierno. Mire usted el ejemplo de Harry Joy: un ataque al corazón cosa de nada, recuperable, y resulta que su mujer lo engaña con el socio, y que su hijo anda por ahí vendiendo droga a cambio de sexo, y que su hija es roja, y que su empresario le paga el sueldo a base de anunciar productos cancerígenos. Afortunadamente ahora llega el optimismo, por fin siempre aparece una prostituta de nombre comestible (Honey Barbara, en este caso) para sacar del Averno a los ejecutivos bondadosos y espantadizos. Hay mil puertas para huir de la locura y de la pasma, al mismo tiempo. Y una puerta que a lo mejor conduce al paraíso de los bosques. Bendito Harry es una novela extremadamente moderna en su capacidad de sátira y en la sardónica negrura de su humor, pero con la fuerza y las peripecias del mito más antiguo. Con ella empezó a ganarse Peter Carey el puesto que ya disfruta entre los grandes novelistas australianos de la actual
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.