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Taylor Swift es la Persona del año. Lo dice Time. Hará la gira de la era. Eso lo dice ella (y las cifras). Pero la americana eso lo dicen muchos otros no tiene la mejor voz, ni las más logradas melodías, ni las historias contadas con más maestría, ni las coreografías más vistosas; definitivamente, siquiera tiene los mejores temas. Pero ha cambiado las reglas del juego de la industria musical (varias veces), ha reventado todos los registros en listas, ventas y seguidores. De hecho, tiene la comunidad de seguidores más bestia: los swifties. Este texto no es una biografía, aunque contiene todas sus andanzas, desde el country hasta su reinado en el pop mundial. Tampoco es un análisis de su música o de su papel en la industria. Pese a que repasa los puntos claves por los que ha pasado para consolidar todos esos roles. Intenta entender a una generación, los millennial, a su entorno y sus vicisitudes, y a esa reina sin corona, Taylor Swift (igual tampoco lo logra). El libro simplemente narra el viaje de un periodista musical, también profesor de instituto, al que, como a sus alumnos, a sus colegas de profesión,
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