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Las operaciones de transferencia intracomunitaria de domicilio social han encontrado tradicionalmente numerosos obstáculos (legales o fiscales) que las han malogrado a la postre, creando serios obstáculos a la libertad de establecimiento comunitario y, en definitiva, a la consolidación del Mercado Interior. En este poco favorecedor panorama surge la Sociedad Anónima Europea (SE o Societas Europaea), merced al Reglamento (CE) núm. 2157/2001 (adaptado al ordenamiento español, a través de la Ley 19/2005), uno de cuyos activos principales reside precisamente en que posibilita dicho traslado, con el mantenimiento de su personalidad jurídica, aunque con la modificación de su ley rectora, sin su previa disolución. Se podría afirmar que el éxito de la SE depende, en gran medida, de la valoración práctica que merezca este procedimiento. En este estudio se analiza crítica y pormenorizadamente el traslado del domicilio social de la SE, situándolo en el contexto normativo y jurisprudencial comunitario en el que surge (así como el previsto a corto plazo) realizando propuestas concretas de mejora e interpretación, tanto del articulado del Reglamento de 2001 como de nuestra LSA, de cara a que la SE realmente se convierta en el catalizador del Derecho europeo de sociedades al que, en su origen, aspiró el legislador comunitario.