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Fernando Quiñones (Chiclana de la Frontera, 1930-Cádiz, 1998), escritor singular por periférico y por poco acomodaticio, lo fue también por la variedad y calidad de su obra, que abarca todos los géneros, desde la poesía al teatro, pasando por el cuento, que cultivó con maestría, la novela o el ensayo. Pero, además, Quiñones fue articulista, antólogo, prologuista, activista cívico y cultural, y experto flamencólogo. Su vida y su literatura representan muy bien los avatares históricos y estéticos de la España de su tiempo: la guerra civil y la posguerra, el realismo estético de los cincuenta que combinó con la veta fantástica, el aperturismo incipiente de los sesenta, los movimientos culturales y políticos que suceden a la muerte de Franco en los setenta, entre los que destaca el andalucismo, la modernidad y posmodernidad de los ochenta y noventa. Su vocación de rara avis, que no le privó en vida de algunos importantes reconocimientos, parece que, a la postre, le ha seguido pasando factura, porque Fernando Quiñones, transcurridos ya más de veinte años de su muerte, sigue siendo un escritor por estudiar, antolo
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