En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
La moda durante el franquismo, periodo aciago marcado por la represión, la escasez y el atraso, coincidió, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de una nueva sociedad. La cultura pop modificó gustos y actitudes, bajo el liderazgo estadounidense. La alta costura dio paso a la ropa lista para llevar y a los grandes almacenes. La España de la mantilla y las camisas viejas quedó atrás: la minifalda, los vaqueros y el bikini hicieron su aparición. Novedades que también encarnaron las rebeldes chicas topolino, con sus zapatos de coja y su llamativo estilo. E incluso muchachas menos extravagantes, más acordes a la Sección Femenina de Falange, que, peinadas con el recogido arriba España, soñaban con casarse con un velo de tul ilusión. Este libro habla de los sueños y las realidades que modelaron y reflejaron las modas en la sociedad española a lo largo de casi cuatro décadas. De Mariquita Pérez, muñeca fascista pero moderna, que acompañó y marcó el vestir de las niñas hasta que tomaban las galas de mujer. De las creaciones de diseñadores españoles como Ana de Pombo, Flora Villarreal o Balencia
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.