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En Juana y el fuego, Matei Visniec aborda la historia de Juana de Arco, uno de los personajes más emblemáticos de Francia, célebre por haber intervenido en la Guerra de Cien Años para que los franceses, al borde del desastre, recuperaran el ánimo y acabaran, años después, expulsando a los ingleses de su territorio. Mucho se ha escrito sobre la Doncella de Orleans; aun así, Matei Visniec nos ofrece una aproximación al personaje muy original, en las coordenadas de su universo dramático. Desde el principio, asistimos a una representación dentro de la representación, lo que nos invita a observar con una distancia crítica la obra, que saca a luz el entramado sobre el que se asienta la ficción teatral. Además, esa distancia crítica se prolonga en una explicación sorprendente de la gesta que protagonizó Juana de Arco, con una ironía entre final y mordaz y, en ocasiones, tintes maravillosos, donde tienen especial importancia los bufones y el unicornio. Y, finalmente, eso no impide que la obra también atienda al legado histórico, destilando ternura por esa joven que, a la postre, murió en la hoguera, tras sufrir crueles maltratos y humillaciones. Juana y el fuego no solo es una provocadora indagación en un mito del pasado; implícitamente nuestra realidad está presente mediante temas como la manipulación histórica o la creación de personajes salvíficos. Una obra, pues, que invita tanto a redescubrir la asombrosa historia de la Doncella de Orleans como a alimentar nuestra mirada crítica sobre el mundo que nos rodea y reflexionar sobre la magia del teatro.