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A los cuatro años ingresa a un convento de monjas dominicas en España. Once años después, hostigada por el encierro y su falta de vocación religiosa, roba las llaves de la superiora, desecha su hábito, se corta el cabello y travestida de soldado comienza un periplo de viajes trasatlánticos y hazañas, como en una novela de aventuras, a inicios del siglo XVII. Catalina de Erauso antes, ahora Alférez en territorio americano, será asesina y prisionera, reserva y primera línea en batallas desplegadas desde el Caribe al sur de Chile, pasando por Panamá, Lima, Cuzco, La Plata, Potosí, La Paz, entre muchos destinos. Todos los enemigos internos oficiales y personales serán enfrentados por él/ella, que oculta su sexo en plena colonia. Matrimonios dilatados, condecoraciones, escamoteos, disputas y fugas se anudan en el relato de una vida atravesada por el deseo de «ser quien se es». Años después escribe el manuscrito de su autobiografía en Nápoles. Erauso se vuelve un mito. En 1829, se publica una primera edición canónica en París, y en 1838 aparece otra en España. Y desde entonces múltiples versiones que narran la vi
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