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«Pero el hombre no perdura en su esplendor,es semejante a las bestias, que perecen.» Sal 49, 13 Córdoba, 1473. El bachiller Diego Rivera regresa a la ciudad después de estudiar en Salamanca y la encuentra sumida en la miseria y el sufrimiento de la gente del pueblo. Las correrías de nobles, caballeros y clérigos, llenan las calles de muerte y desolación, aflorando en este río revuelto todas las pasiones y miserias del alma humana. A esto se suma que la presión sobre moros y judíos de España no ayuda a apaciguar los ánimos y un recelo cada vez más insostenible acorrala a aquellos que se convierten (a los más tempranos conversos).En este friso convulso y violento, dominado por una Iglesia infectada por la depravación, sobresale la figura del Tesorero de la Catedral, don Pedro Fernández de Alcaudete, personaje histórico del siglo XV, del que únicamente se conoce su truculento final y que domina toda esta vorágine, llevado por su ilimitada ambición. Ayudándose de un extraordinario rigor descriptivo, esta novela profundiza audazmente en la compleja personalidad de un hombre que prostituye hasta su conciencia para conseguir el dominio sobre los demás, en la búsqueda del poder absoluto.
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