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CON BERLUSCONI LLEGA A SU FIN UN PERÍODO HISTÓRICO INICIADO EN LOS AÑOS SESENTA, EN ELQUE LAS BASES LÓGICAS DEL PENSAMIENTO Y LA ACCIÓN FUERON SUSTITUIDAS POR UNSENTIMIENTO COLECTIVO MANIPULADO Y DELIRANTE, CAPRICHOSO Y EXTRAVAGANTE. Perniola subraya hábilmente un componente esencial de la rebelión sesentayochista, uno que enlaza conmovimientos anarquistas ya presentes a finales del siglo XIX: el desprecio por los intelectuales. El sabioes el enemigo del pueblo. Una idea que animó también a la Gran revolución de Mao. Y a las pequeñasrevoluciones posrománticas en Europa. A Babeuf, a Lautréamont, a Rimbaud, a Debord, a Warhol ¡y a Berlusconi!No es difícil encontrar en él esa voluntad de poder, ese triunfalismo insensato, esa determinaciónextrema a desestabilizar a toda la sociedad que invadió 1968. Fin del trabajo y de la familia,desescolarización, destrucción de la universidad, desregulación de la sexualidad, contracultura, descréditode la experiencia médica y colapso de las estructuras sanitarias, hostilidad hacia las instituciones judicialesconsideradas represivas, vitalismo juvenil, triunfo de la comunica
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