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La historia de un hombre sin cualidades que vive una pasión inesperada e ilícita en el Turín de posguerra. Un clásico imprescindible de la literatura italiana. «Soy un cobarde», anota en su diario Antonio Mathis, paralizado ante el primer atisbo de aventura y amor que le depara la vida. Como el Bartleby de Melville o el Bernardo Soares de Pessoa, es uno de tantos oficinistas anónimos que pueblan las grandes ciudades. Vive resignado a una rutina sin alma en el Turín industrial de 1950, con la sola compañía de una novia desapasionada y unos compañeros de trabajo cínicos y vagos. Pero el cuarentón Mathis esconde un secreto inconfesable: hace semanas que corteja a Serena, una novicia veinteañera de nula vocación religiosa. Desde que empezaron a coincidir en la parada del tranvía, han ido fraguando un idilio obsesivo, hecho de silencios, encuentros furtivos, promesas ambiguas y erotismo latente. Ahora, por una vez en la vida, Mathis siente la imperiosa necesidad de actuar. Sin embargo, pese a su apariencia de chica provinciana e ingenua, es Serena quien mueve los hilos y, quizá, da pábulo a las imaginaciones del
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