En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
¿Cómo podemos replantearnos la relación entre los seres humanos y el suelo, en formas abiertas a futuros ecológicos insurgentes, esperanzadores y decoloniales? ¿Cómo pueden contribuir las relaciones entre los seres humanos y el suelo a detener la herencia de explotación de la Tierra? En este volumen, que reúne intervenciones y textos desarrollados durante más de diez años, María Puig de la Bellacasa nos anima a explorar la relación entre los humanos y los suelos que nos sustentan. Al mismo tiempo, nos invita a contarnos otras historias sobre nuestro devenir en la Tierra más allá del capitalismo, y a explorar las formas en que la actual transformación de las relaciones entre lo humano y el suelo podrían reinventar el sentido de pertenencia a una Tierra siempre en conflicto. Aprender de la descomposición elemental de los suelos también nos obliga a desdibujar el relato cosmológico, a convertir los orígenes en ciclos, las líneas en espirales, pero también a impulsar nuevas afinidades elementales para participar en la recirculación de vidas compartidas más-que-humanas. Nos urge una ecopoética que abrace la desc
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.