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Todo comienza en una presentación a la que una compañía farmacéutica invita a prestigiosos científicos del sector para mostrar un revolucionario invento, la biomalla, que transformará la investigación celular, y a la que asiste Daniel Ruiz, un joven estudiante de doctorado de la Facultad de Biotecnología. Lo que el chico no sabe es que él es uno de los cinco asistentes que la compañía ha marcado como objetivos. A través de un convenio con su universidad, comienza a colaborar con la multinacional, que, al comprobar su potencial, trata de seducirlo para que se quede en la compañía. Durante la colaboración conoce en la multinacional a una joven y atractiva botánica, Ainhoa, que conquista su corazón y que cambiará su universo y sus prioridades, pero sin desviarlo de su objetivo. Tras finalizar su doctorado, a pesar de que su gran sueño ha sido siempre investigar en la universidad, se ve obligado a aceptar la oferta sin paliativos de la farmacéutica, que pone a su disposición todos los medios y recursos, y la libertad de innovar. Lo hace después de constatar el seguimiento al que lo están sometiendo y desoyendo las advertencias que su gran amigo Marcos, un informático pretendido también por numerosas empresas que ha desarrollado para la universidad un sistema de codificación dinámica inédito, y que ha colaborado con empresas de este perfil, le hace sobre el peligro que conllevan y de lo que son capaces. Comienza a trabajar con gran dedicación y su carrera despega, pero su objetivo sigue siendo desenmascarar los manejos de la compañía. La información que un catedrático, el profesor De Soto, le da en un acto protocolario al que son invitados por el presidente de la sucursal española, y las grabaciones que le envía sobre la extorsión a la que está siendo sometido por la compañía, lo coloca en la senda de la verdad. Pero el posterior fallecimiento del profesor en un accidente de coche, en extrañas circunstancias, hace saltar todas las alarmas. En ese momento, para complicar más las cosas, aparece en escena el agente Bernal, del CNI, para solicitar que trabaje para ellos, a lo que se niega en primera instancia. Se involucra de manera imparable en la estructura de la multinacional, llegando su valía a oídos de la sede central, que lo pretende para sus instalaciones de Boston y que lo obliga a desplazarse allí por un breve periodo. En la central es recibido por las más altas instancias de la compañía, que lo seduce con una oferta irrechazable. Él alega que debe hablarlo con su pareja y terminar unos trabajos en curso en España, y lo dejan marchar con la promesa de regresar a Boston de modo permanente. El peligro en el que está colocando a sus amigos y a Ainhoa en la sucursal española, persiguiendo la verdad, empieza a volverlo loco. Se produce otra muerte en una extraña explosión en el complejo, lo que lo hace decidirse a ir a por todas y asumir riesgos para alcanzar su objetivo inicial. Cuando descubre las maquinaciones de la empresa, mucho más perversas de lo que hubiese imaginado, informa al CNI, que no puede evitar que sea descubierto y secuestrado, al igual que su novia, Ainhoa, siendo sometidos ambos a severos interrogatorios. En el desenlace participan todas las personas a las que con sus valores y acciones ha ido conquistando en su trayectoria por la empresa y por la vida, y que dan al final de la historia un giro sorprendente lleno de emotividad, frescura y humanidad. Durante todo el relato, el lector se sorprende a cada paso con la profundidad de los personajes y la dinámica de la historia. El suspense está presente desde las primeras páginas y no desaparece en ningún momento del relato, mientras se atraviesa por situaciones inesperadas y originales, donde se juega con el factor humano, con los valores, la amistad, la ambición y el amor. No es fácil dejar de leer este relato una vez que se ha comenzado, lo que habla del interés, de la belleza y de la intriga de la narración, demostrando que además de la emoción y originalidad de una historia, el cómo se narra es uno de los elementos más