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Si en algo están de acuerdo masones y antimasones es sobre la importancia de la masonería en la historia de España: unos y otros defienden que ha estado detrás de los grandes acontecimientos de los últimos trescientos años. Lo único que cambia es la valoración: positiva o negativa. Francisco Martínez Hoyos, en este libro, limpia el pasado de la Orden de tópicos persistentes. Los masones no provocaron la independencia de la América española, ni fueron culpables del desastre del 98, ni trajeron la Segunda República. No eran ejecutores acríticos de los dictados de una organización siniestra, entre otras razones porque la masonería no fue ni demoniaca ni monolítica. Estuvo dividida en numerosas obediencias, a menudo enfrentadas entre sí. La derecha la responsabilizó de múltiples conspiraciones. La izquierda, a su vez, también la denigró, aunque por otras razones, lo que demuestra lo absurdo de la leyenda del complot masónico y bolchevique. Los comunistas fueron contrarios a la masonería, no sus aliados. Para captar hasta los más elocuentes matices, Martínez Hoyos escribe con distanciamiento crítico una obra que
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