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Raymond Aron fue testigo privilegiado de las tragedias del siglo XX: la Revolución rusa, las dos guerras mundiales, el auge y caída del nazismo, la Guerra Fría y la amenaza nu clear. El filósofo y sociólogo francés observó la realidad sin abandonar nunca sus convicciones, evitando tanto la inge nuidad como el fatalismo ciego. Asimismo, reconoció siem pre el carácter central de la política para la vida social, sobre todo en contextos adversos. "Su optimismo es limitado, por que es un político", sostiene Daniel Mahoney en Raymond Aron. Una introducción, libro con el que invita a adentrarse en el pensamiento de uno de los intelectuales más relevan tes del último tiempo. Al situar lo político en el centro de su análisis, Aron no solo niega que caminemos hacia un destino inexorable Óen contraste con el profetismo apocalíptico de MarxÓ y reivin dica el valor de la libertad humana, sino que también nos recuerda que el mundo que habitamos es frágil y debe ser cuidado. Por eso, nunca dejó de creer Ópor más oscuras que fueran las circunstanciasÓ que ciertas libertades mere cen ser protegidas y que, para log
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