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Kristian es un niño noruego, odia su nombre y prefiere que le llamen Conde Grishnackh, señor de Mordor. Vive en una Noruega en la que ya no hay vikingos que den miedo, y eso al nene no le gusta. Se ha hecho amigo, muy amigo, de Øystein -conocido como Euronymous- líder de Mayhem, la reconocidísima banda infantil de Black Metal, a través de la cual atrae a otros niños más pequeños hacia la secta satánica Inner Circle. Pronto vivirán párvulas aventuras: inducción al suicidio, profanación de cementerios, quema de iglesias y algunas cosillas más que jamás confesarán a su simpático psicopedagogo. Eso sí, sus mamás y papás no van a enterarse de nada o quizá sí, pero se harán los suecos. Como niños que son, aún no se manejan en los códigos éticos adultos en los que se toma en cuenta al otro como persona. No nos malinterpreten, no queremos decir que Kristian, Øystein y el resto de sus amiguitos sean malos, sino, más bien, inocentones. Y es tal vez esa inocencia, ese precario discernimiento, el que deviene en los rasgos principales de su conducta: egoísmo extremo y despiadada crueldad. Basado en hechos reales, poco ed
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