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En nuestro tiempo, el buen gobierno de las Cajas de Ahorros es un requisito indispensable para mantener la confianza de sus constituyentes externos en aquellos a quienes se encarga su administración. Como en cualquier otra corporación que se financia en los mercados de capitales, de la adecuada dirección de las Cajas depende la captación de recursos financieros a un coste competitivo y, por ello, el éxito de toda su iniciativa empresarial.

Este libro persigue la definición del comportamiento específico que se exige legalmente a los administradores de las Cajas de Ahorros, tanto en la gestión del negocio, como en el desarrollo de los objetivos sociales que estas entidades sin ánimo de lucro tienen por propios. A tal fin, su contenido analiza el sistema de incentivos -económicos y legales- que operan sobre quienes gobiernan las Cajas, prestando una atención especial a la responsabilidad que el derecho privado les impone en el cumplimiento de sus funciones. Su conclusión principal es simple: el módulo de responsabilidad fiduciaria que ha de aplicarse a sus administradores es el más exigente de los previstos en nuestro derecho privado, demandando de ellos la mayor diligencia y lealtad. Aquello que hace distinto el comportamiento requerido de lo gobernantes de las Cajas respecto a los de las corporaciones lucrativas no son los deberes generales que se les imponen legalmente -son los mismos- sino las diferencias en la función-objetivo que han de maximizar en cada uno de estos tipos de organizaciones.

La obra pretende, además, adelantar la previsible evolución del sistema de gobierno de estas entidades, clarificando el modo en que la emisión de cuotas participativas les afecta, mediante la redefinición simultánea de los intereses que han de satisfacer sus administradores y los incentivos que sobre ellos actúan en el cumplimiento de su encargo.