En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Como escribió Arturo Barea: «Cuando se espera la muerte, la vida se convierte en simple y clara. Se revisan los valores tradicionales y se desechan, se dejan caer como un traje viejo. Se siente el ansia de vivir no la vida anterior, de vivir la vida nueva, limpia y sincera». Fernando Ballano ha reconstruido la vida amorosa y sexual de los españoles en guerra. Lo hace con la frescura del lenguaje de la época, y desechando por poco fiables los testimonios del bando propio. Comienza con el amor en tiempos de guerra: infidelidades, queridas, novias, chantajes sexuales y el curioso fenómeno de las madrinas. Conoceremos cómo afrontaban los placeres los dos bandos, adentrándonos en la pornografía y en las curiosas modalidades de autosatisfacción, así como en la percepción de la masculinidad y la homosexualidad. Capítulo aparte merece el estudio del sexo de pago, con el espectacular aumento de la oferta de prostitución. Un apartado se dedica a aspectos sexuales de figuras tan importantes en esa guerra como Pasionaria, Alberti, Negrín, Hemingway, Millán Astray, Lister, Queipo, Largo Caballero y hasta Picasso, en
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.