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Revolucionario refleja la sociedad inglesa del último tercio del siglo XIX: obreros, empresarios, religiosos, burgueses, periodistas y diputados pueblan sus páginas. La acción transcurre hacia la década de 1880, época de expansión económica y de auge del proletariado, fenómeno este último que capta la atención de los partidos políticos, tradicionalmente ajenos a las míseras condiciones de vida de los trabajadores. Mejorar dichas condiciones es, precisamente, la obsesión del protagonista, Kit Brand, cuya situación de "desclasado" resulta singularmente moderna: Brand es un "extranjero" concebido cuarenta años antes que el Meursault de Albert Camus, además de un visionario ("uno de esos hombres que mueren ninguneados y a quienes, después, erigen estatuas en su honor", según su compañero Stanford). Brand es un revolucionario "que no puede dejar de ser coherente". Revolucionario es, en definitiva, una rara avis de la novela inglesa de finales del siglo XIX, y su rescate, la prueba de que otras autoras -como había sido el caso de Clementina Black- pueden seguir estando olvidadas pese a haber escrito obras revel
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