En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
La verdad es que la ciencia jurídica es una ciencia moral, no solamente en el sentido de la más o menos arbitraria clasificación escolástica, sino porque ella más que cualquiera otra ciencia exige un empeño moral en quien la profesa. Desgraciadamente, el contradictorio ordenamiento italiano, que se inspira en el augusto modelo de la universidad medioeval, y al mismo tiempo, estatizando la escuela, reduce a los juristas a empleados, sin los humildes deberes siquiera que dan sustancia a la relación de empleo, hace difícil no ya observar, sino sentir el empleo. Y sin embargo es así. A diferencia de cualquier otro hombre de estudio, que puede muy bien aislarse en sus libros y sobresalir, adquiriendo una fama que a nosotros en general nos es negada, el jurista debe vivir intensamente la vida que rueda y se desarrolla bajo sus ojos, observar los fenómenos sociales o pseudosociales que agitan al mundo, penetrar las instancias que a cada momento los seres humanos proponen en nombre de la política, del arte, de la religión, de la libertad, y así sucesivamente, debe en suma leer el diario. Y su modo de vivir la vida
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.