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Siempre ha caracterizado a la BIBLIA DºE JERUSALÉN, desde sus inicios, la voluntad de ofrecer a sus lectores una traducción que refleje la fidelidad al sentido de los textos originales, y de incorporar, en introducciones y notas, la aportación de los estudios contemporáneos, en los ámbitos lingüístico, teológico, histórico y arqueológico. Desde esta perspectiva, sigue manteniendo su identidad propia de ?Biblia de estudio?. Somos conscientes de que nuestro intento responde al contenido de unas frases de Juan Pablo II que citábamos ya en la presentación de la tercera edición (1998): ?La Biblia ejerce su influencia a lo largo de los siglos. Un proceso constante de actualización adapta la interpretación a la mentalidad y al lenguaje contemporáneos. El carácter concreto e inmediato del lenguaje bíblico facilita en gran medida esa adaptación, pero su arraigo en una cultura antigua suscita algunas dificultades. Por tanto, es preciso volver a traducir constantemente el pensamiento bíblico al lenguaje contemporáneo, para que se exprese de una manera adaptada a sus oyentes. En cualquier caso, esta traducción debe ser
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