En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Miguel llega a París procedente de Chile para visitar a su hijo. La noche en que se citan, tras años de doloroso distanciamiento, una extraña lo llena de turbación. Demasiado tarde descubrirá que esa muchacha es la mujer de su hijo.
Contradictorio, infantil, tierno y eterno perdedor, Miguel persiste en ese amor irrealizable mientras se reencuentra con sus amigos de juventud. Todos tienen su momento decisivo cuando estalla la huelga de transportes de 1995 en Francia, una época de conflictos sociales, en la que se discute el porvenir en cada esquina, en las calles se hace autoestop, se improvisan amores, y todo puede ocurrir. Y ese todo termina por sucederle a Miguel, el hombre que vivió esperando el futuro.
Dueño de un estilo literario caracterizado porque sus temas siempre son «tratados con una lúcida y misteriosa distancia», como explica Abelardo Castillo, Gonzalo Garcés (Premio Biblioteca Breve 2000) regresa con un nuevo aliento narrativo que encuentra hábilmente la complicidad del lector. Con El futuro Gonzalo Garcés deja de ser una deslumbrante promesa para consolidar una impecable trayectoria literaria.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.