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En
Giorgio Bassani, un mismo mundo fantástico y unitario aparece expresado
en los versos de las poesías y en las prosas de los relatos y las
novelas. Bassani salió por primera vez a la escena literaria inmediatamente
después de la guerra con las líricas de Storie dei poveri
amanti (1945) y de Te lucis ante (1947): importantes sobre
todo por haber representado una especie de «depósito ideológico»,
al que el escritor, dedicado en exclusiva a partir de 1950 a la redacción
de los diferentes libros de La novela de Ferrara (Dentro de los
muros, Las gafas de oro, El jardín de los Finzi - Contini, Detrás
de la puerta, La garza, El olor del heno), ha recurrido siempre. Veinticinco
años después, vuelve Bassani a los versos con este nuevo volumen
Epitafio. La forma de las sesenta y seis poesías acompasadas
todas con un metrónomo que nunca falla es extraordinariamente personal.
Son todas caligramas o «lápidas», como indica el propio
título de la colección. En cualquier caso, la cristalización
formal epigráfica, objetiva como es de por si, y, aquí, siempre
perfectamente «cerrada», no engaña. Estamos ante una
confesión absoluta, baudelairianamente «superreal» y
total. En otros términos, en este libro Bassani - pese
a utilizar, de cuando en cuando, en tono burlón, términos
del lenguaje periodístico o burocrático actual e incluso de
la prosodia publicitaria - enlaza con la solemne incasticidad
de los textos funerarios de la antigüedad clásica, pero también
con el sentido de celebración y conmemoración inscrito en
un plan de conjunto perfecto y con la vitalidad de la existencia, tan moderna.
Ahora el yo que escribe se identifica in toto con el yo que vive. Ya no
hay diafragmas. ni siquiera temporales, entre el poeta y su materia. Vuelve,
es cierto, a aparecer de cuando en cuando la Ferrara del gran ciclo novelesco
bassaniano, descubierta de nuevo en los inefables rostros de los supervivientes
o en recuerdos remotos que vuelven a aflorar cercanísimos. Pero predominan.
con gran diferencia, los lugares del centro y del sur de Italia. Roma, sobre
todo, donde Bassani vive desde hace más de treinta años
, frecuentados periódicamente por el actual e inquieto «señor
entrecano de cincuenta y tantos años». Eso explica, entre otras
cosas, la multiplicidad y la variedad de los contenidos. Se trata, en gran
parte, de poesías amorosas. Pero también son numerosos los
epigramas, sobre todo al comienzo: algunos durísimos, en las cosas
y en el léxico. No obstante, muchas son las líricas memorables,
breves o largas,ásperas o dulces. «Las leyes raciales»,
«Carta». «RolIs Royce», «Historia de familia»,
«La Porta Rosa», «Vals», «Los mayores».
por citar sólo algunas, empapadas como están todas de autoironía
dolorosa y viril, resultan ya logros de una persuasividad excepcional: vértices
de una experiencia poética que se califica por su absoluta e irrepetible
unicidad.