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Enemigo o aliado, demonio o dios, fuente de satisfacción u origen de todos los problemas terrenales, el pene ha obligado a la humanidad a luchar contra sus eternos misterios. Estamos ante un libro, un estudio cultural informativo y entretenido, que proporciona un contexto al papel central que el pene ostenta en la civilización occidental.

El hombre es capaz de sujetar su hombría con la mano, ¿pero quién controla realmente a quién? ¿Qué es el pene para el hombre? ¿La bella o la bestia? ¿Cómo se supone que debería utilizarlo? ¿Y cuándo el uso se convierte en abuso? De todos los órganos del cuerpo, sólo el pene obliga al hombre a enfrentarse a estas contradicciones: algo insistente aunque reacio, una herramienta que crea pero que también destruye, una parte del cuerpo que a menudo parece estar aparte del cuerpo. Éste es el enigma que convierte al pene en el héroe y el villano de un drama que modela a todos los hombres... y con él, a todo el género humano.

Deificado por las culturas paganas de la antigüedad y satanizado por la primitiva iglesia romana, el pene fue posteriormente secularizado por pioneros de la anatomía como Leonardo da Vinci. Después de ser medido «científicamente» en un esfuerzo por subyugar algunas razas en beneficio de otras, el órgano fue psicoanalizado por Sigmund Freud. Como resultado de ello, el pene asumió un papel paradigmático en la psicología (el paciente podía ser de los bien equipados o de los que envidiaban a los que lo estaban). Ahora, después de haber sido politizado por el feminismo y explotado de incontables maneras por la cultura pop, el pene ha sido medicalizado. Como nadie lo había hecho anteriormente, Friedman demuestra cómo la llegada de los productos de la industria de la erección, como Viagra, es algo más que una historia sanitaria o financiera. Es el último capítulo, y quizás el final, de una de las más largas sagas de la historia humana: la historia de la relación del hombre con su pene.

David M. Friedman ha colaborado con Esquire, GQ,