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La ¡nstitucionalización de los contratos de franquicia y distribución ha dividido tradicionalmente el mundo del Derecho y de la Economía. Desde la primera perspectiva se ha argumentado que resulta necesario el otorgamiento de una legislación que regule no sólo los tratos preliminares sino también la relación interna, sobre la base de que franquiciados y distribuidores ocupan una posición contractual vulnerable que favorece el riesgo de apropiación de sus rentas por el titular de red. Por el contrario, la aplicación del Análisis Económico a los contratos de distribución ha concluido ha sobre el efecto pernicioso de estas leyes, con el paradigma de Estados Unidos, o de la doctrina jurisprudencial de la indemnización y compensación del distribuidor, argumentando que los efectos en términos monetarios de la instítu-cionalización es real y atenta contra la eficacia de los sistemas, de gran interés por su capacidad para reducir los costes logísticos y de distribución y para lograr el control del comportamiento de unidades dispersas. El propósito de la presente monografía es cons-trastar los fundamentos y resultados de ambos enfoques, poniéndolos en conexión con uno de los aspectos más conflictivos del contrato, su duración. En la presente obra se pone de manifiesto la inadecuación del tratamiento de este aspecto desde el punto de vista económico y jurídico. En la obra se introduce un nuevo concepto: la duración óptima del contrato y se propone su uso como incentivo para reducir los conflictos de interés entre las partes, así como las bases económicas para su determinación. Sólo a partir de la especificación de la duración óptima de cada contrato, o de duraciones standarizadas por sectores, va a ser posible construir un régimen jurídico de los contratos de franquicia y distribución equilibrado, exento de paternalismos.
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